Al borde del acantilado , atisbo un horizonte incierto en la lejania que me atrae como un imán, pero que no logra arrancarme de un suelo, que aunque firme, parece dispuesto a expulsarme como una bala de cañón... Niebla espesa como algodón, que cubre la llanura con su dulce manto, despertando en mi interior la necesidad de tocarla, acariciarla y poder sostenerla por un momento en mi mano, que solo logra la ensoñación de su textura ... Otro día vendrá que esta Niebla apartará y dejara ver nuevo ese hermoso paisaje que solo los mas osados que se atreven a subir desde lugar privilegiado logran disfrutar.
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