Como cada día nos subimos al ring de nuestras vidas, a combatir en un asalto mas....
Unas veces con mas ánimos que otras, con unos contrincantes que suelen ser inferiores, pero muy persistentes, arrebatándonos un poco de vida en cada golpe que nos asestan, pero casi sin pensar que algún día será nuestro ultimo asalto y esta vez, nuestro contrincante sabrá dar los golpes precisos , para echarnos anunciando el final de combate.....
Pero eso, que ocurrirá mas tarde o mas temprano, no ha de herir en nuestro animo en el discurrir de la pelea, que ardua y trabajosamente nos afanamos por conseguir acabar día a día...
Somos luchadores natos, encajamos bien los golpes y aunque algunos pueden ser mas duros que otros, nos levantamos de la lona sudorosos, a veces heridos, pero seguimos en la pelea pensando que siempre hay un día mas , y al sonar la campana, nos dirigimos al descanso en nuestro rincón donde el "entrenador" nos susurra al oído las mejores técnicas para ganar un asalto mas, aunque ocurre a menudo que nuestro orgullo y ofuscación, no nos deja oír los sabios consejos que nuestra intuición nos dicta.
Por ello, tan importante es el receso entre asaltos, como el combate en si mismo. Hemos de escuchar a nuestros corazones, mas que nuestra mente, somos lo que pensamos que somos, pero nuestros pensamientos se guían siempre, por nuestros sentimientos, pudiendo decir, en definitiva que somos lo que sentimos....
Sintámonos pues, ganadores por que la verdadera victoria, no esta en el final de la lucha, sino en como nos mantenemos en pie durante la misma, mas sabiendo como acabará al final, pues la verdadera guía para la lucha, es saber escoger el momento y el lugar , para ese nuevo reto que se nos presenta, al despertar cada día y nacer una nueva oportunidad, de ganar este asalto y así poder ser mejores que ayer, con todos e incluso, con nosotros mismos ....
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