Tengo la impresión que a veces , somos solo ladrillos de un basto muro de singularidades que acontecen al unisono, extremadamente unidas unas a otras, pero infinitamente separadas en su realización . Mas que una sensación incluso diría que es un hábito, esclavo de nuestra mera presencia con un solo destino del cual imposible desviarse o escapar, turbando mente y espíritu en complicidad total con el acontecer de nuestras efímeras vidas ....
Divina presencia en un mar de dudas e incertidumbres capaz de generar esperanza, allí donde ya no queda, e iluminar caminos imposibles en lugares donde nunca los hubo, en lucha por aparecer en las horas mas tormentosas, señalando destinos que a veces ni vislumbramos por la neblina que una vez mas se genera en nuestro entorno, haciendo mas penosa, si cabe , nuestra levedad de ser .....
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