Somos como el ave que surca los cielos, inconscientes de nuestra existencia hasta el momento de ser alcanzados por una simple ráfaga de viento que nos hace variar de dirección y nos recuerda que estamos a su merced, obligándonos a evaluar la situación y maniobrando a fin de mantener el rumbo correcto...
Cuantas ráfagas recibimos a diario y sin embargo somos capaces de mantenernos en vuelo.
Cada vez mas fuerte sopla y algunos , en el camino desisten y se dejan llevar formando parte de la corriente , que cegados por su desidia, a los acantilados conduce ...
Mas aquellos que siguen aleteando corrigen de nuevo y retoman su lugar en el cielo formando parte de esos pocos elegidos que mas allá de todo juicio solo vuelan, en solitario o acompañados por unos pocos que atendiendo a su maestría consiguen seguirlos con su aleteo incesante .....
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